Prehistoria:
La evidencia histórica en cuanto a la actividad del ser humano prehistórico ha
sido obtenida fundamentalmente a través de dos métodos. El primero se deriva de
estudios arqueológicos y antropológicos. De estas investigaciones se desarrollan interpretaciones y
formulan conclusiones relacionadas con la vida social de esta población primitiva.
La segunda
fuente de información se infiere del estudio de poblaciones
modernas primitivas que se encuentran en nuestra civilización presente en
ciertas áreas de África y Australia. Basado en la manera actual en
que viven estas poblaciones, se plantean inferencias y conclusiones sobre lo
que serían los principios de la educación física
en la época prehistórica.
Los
Aborígenes de nuestra época moderna se encuentran aún en la edad de piedra, de
manera que proveen información vital de cómo sería la actividad física en la
civilización primitiva. Sin embargo, se debe tener mucho cuidado al realizar
inferencias y formular generalizaciones de esta fuente, puesto que dichas
poblaciones no necesariamente representan lo que fue la civilización típica
primitiva.
A pesar
de esto, a través de estos estudios se sabe que la población primitiva
participaba en juegos y baile, con énfasis en el baile. Se cree
que el baile fue el comienzo del movimiento corporal organizado, lo que conocemos
hoy en día como ejercicio. Debido a que el lenguaje no era muy efectivo, el baile
representaba una manera de comunicación y expresión.
Este
fenómeno se puede observar en las poblaciones primitivas (Ej. tribus indígenas)
de nuestra época contemporánea. Se cree que existía un baile para todas las
expresiones de las emociones humanas y sus manifestaciones sociales.
De hecho, en estas tribus primitivas se empleaba el baile para ceremonias
religiosas, para implorar lluvia, como un medio curativo de enfermedades
o como preludio a la acción bélica. Podemos extrapolar la presencia de
la actividad de baile en estas comunidades primitivas porque estos individuos
se movían al ritmo de un sonido rítmico proveniente de algún instrumento
rudimentario de percusión, tal como el tambor; comúnmente esto ocurría
alrededor de una hoguera.
Los
juegos también eran parte importante del diario vivir para estas poblaciones
primitivas. En dicha época, el juego representaba aquella parte de la actividad
total donde se participaba por simple diversión y espontaneidad. Además, el juego
era un medio para preparar a los jóvenes para la vida adulta, puesto que el
jugar era tomado de las actividades cotidianas diarias y representaban un medio
reconocido para mejorar las cualidades físicas necesarias para sobrevivir,
tales como la fortaleza muscular, velocidad y destrezas motoras particulares.
La evolución humana tuvo su origen con el
movimiento. En la sociedad primitiva, obviamente no existía un programa de educación física y deportes.
No obstante, el desarrollo del Homo sapiens (Ej. el
Cro-Magnon de la Edad Paleolítica) dependía grandemente de la acción de sus músculos esqueléticos.
La meta educativa principal de la sociedad primitiva era supervivencia (a nivel individual y como grupo). No existían maestros de educación física, solo continuas demandas físicas y proyecciones en la vida diaria del ser primitivo. Para aquella época, era necesario que el ser humano tuviera una buena aptitud física, de manera que pudiera subsistir en el medio ambiente hostil donde vivía.
La meta educativa principal de la sociedad primitiva era supervivencia (a nivel individual y como grupo). No existían maestros de educación física, solo continuas demandas físicas y proyecciones en la vida diaria del ser primitivo. Para aquella época, era necesario que el ser humano tuviera una buena aptitud física, de manera que pudiera subsistir en el medio ambiente hostil donde vivía.
Por lo
tanto, es posible que la actividad física primitiva estuviera relacionada en
sus inicios con actividades de sobrevivencia, tales como la búsqueda continua
de alimento, vestimenta, albergue, protección de un ambiente hostil y la propagación de las especies.
La educación
ofrecida a los varones jóvenes se concentraba en la educación física, puesto que esto ayudaba al desarrollo de
la fortaleza y a ser más hábiles en términos motores. En otras palabras, la educación para
esta época estaba casi en su totalidad dirigida hacia el mejoramiento de la
capacidad física del ser humano primitivo, de manera que se pudiera desarrollar
las destrezas de supervivencia y la conformidad (Freeman, 1982, p. 22).
Las
necesidades fisiológicas fundamentales del ser humano primitivo (Ej. el hambre)
lo obligaba a ejecutar regularmente una variedad actividades físicas o
destrezas de supervivencia, tales como la habilidad para defenderse por sí solo
y a otros; el desarrollo de destrezas requeridas para la búsqueda de alimentos (Ej. lanzar, pescar, trepar, nadar,
correr, cazar ); habilidades para conseguir ropa y encontrar albergue y las
destrezas necesarias para vivir como un individuo en el mundo.
A largo
plazo, estas actividades físicas cotidianas mantenían a este ser primitivo en
buenas condiciones físicas. Todo esto era parte de las destrezas de
supervivencia que necesitaba desarrollar el ser primitivo. Por otro lado, las
destrezas de conformidad estaban diseñadas para asegurar la supervivencia del
grupo al disponer las destrezas individuales al servicio de este grupo. Era necesario el trabajo cooperativo entre la gente para poder satisfacer las necesidades del grupo, de lo
contrario, el grupo no podría sobrevivir.
El ambiente físico de la sociedad primitiva requería que se tuviera una buena capacidad física. Por ejemplo, las inclemencias del tiempo, las cuevas como albergue, poca ropa para protegerse del frío y otras condiciones primitivas demandaban una apropiada fortaleza muscular, capacidad explosiva, agilidad, entre otras cualidades físicas.
El ambiente físico de la sociedad primitiva requería que se tuviera una buena capacidad física. Por ejemplo, las inclemencias del tiempo, las cuevas como albergue, poca ropa para protegerse del frío y otras condiciones primitivas demandaban una apropiada fortaleza muscular, capacidad explosiva, agilidad, entre otras cualidades físicas.
El ser
humano primitivo pudo subsistir a estas condiciones de vida adversas debido a
su gran nivel aptitud física; fue posible este desarrollo físico por la
activación constante de sus sistemas orgánicos, tales como los músculos esqueléticos,
sistema cardiorespiratorio, entre otros.
Esto, a
largo plazo, propiciaba una diversidad de adaptaciones fisiológicas en este ser
primitivo. Todo indica, entonces, que una apropiada aptitud física para el ser
humano primitivo era necesario e imperante para poder sobrevivir en la vida
diaria difícil que tenían estos individuos. Se puede especular que las
destrezas físicas requeridas para la sobrevivencia para dicha época fueron
enseñadas a los hijos de generación en generación.
Podemos,
entonces, inferir que los padres primitivos fueron los primeros maestros de
educación física. Por ejemplo, el padre adiestraba a sus hijos en el uso del
arco y la flecha, cómo trepar árboles, el empleo de sus extremidades para correr y nadar,
entre otras destrezas.
Conforme
las poblaciones primitivas fueron evolucionando socialmente, así como las
maneras de controlar su ambiente, de la misma manera fue cambiando también la
actividad física. Fueron evidentes las transformaciones en los juegos y
deportes según se evolucionaba a través de las diferentes épocas Eolítica,
Paleolítica y Neolítica.
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